El gobierno canadiense da cobijo en su país a una gran tribu de indios sioux con la condición de que no provoquen ningún incidente. Sin embargo, son ellos los que son atacados por varios vaqueros que aseguran estar buscando a una joven raptada por los indios tiempo atrás, aunque su verdadera intención es robarles los caballos a los pieles rojas. La Policía Montada tendrá que intervenir. La primera película dirigida por el hasta entonces guionista, Burt Kennedy, uno de los grandes nombres del western, tanto tras la cámara como de la máquina de escribir. No fue uno de sus mejores trabajos, pero deja constancia de su dominio de todos los resortes del género.